De origen Napolitano, la familia Di Donna se traslado a Roma mucho años atrás, para comenzar una nueva aventura, abrieron este pintoresco restaurante travesterino en junio de 1999. Ninguno de ellos tenÃa experiencia en el campo de la restauración, pero el padre de la familia siempre tuvo una pasión por la cocina que involucró a todos. Y asÃ, cuando se presentó la ocasión, se construyó el gran sueño y la gestión de los locales fue confiada a Elisa, su hija, hasta entonces dedicada al turismo. Obviamente, dejando al margen de la competencia, la elección fue rápida: la combinación de platos romanos y cocina napolitana.
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